El San Fernando salió victorioso por dos goles a cero del
duelo ante uno de los equipos revelación de la liga, el C.D. El Palo, que
demostró en el Iberoamericano que su situación en la tabla no es casual.
Comenzaba el partido sin la esperada vuelta de Carlitos, que
no reapareció finalmente hoy, y con el regreso de Iván a la medular,
presentando Masegosa un once más coherente que el que presentó de inicio en
tierras astigitanas, con Gallardo y Vega como hombres más adelantados, buscando
la experiencia del jerezano y el olfato de gol del isleño. No brillaron ninguno
de los dos, en la línea del equipo, que volvió a firmar una pésima primera
parte, donde el equipo malagueño llevó la batuta en todo momento y dispuso de
las mejores ocasiones, no muy claras pero bien desbaratadas por David Valle, el
mejor del San Fernando en el dia de hoy.
La grada, que se mostraba intranquila por la mala imagen
ofrecida en Écija, despedía al equipo con pitos al descanso, y siendo sinceros,
no era para menos, ya que el equipo que se jugaba la vida hoy no fue el que
puso toda la intensidad deseada por la sufrida afición azulina.
El caso es que entre las precauciones del míster que ya
sabemos que le gusta nadar y guardar la ropa en los primeros tiempos y la
contundencia del Palo, el partido transcurría sin pena ni gloria, sin historia,
sin más datos que reseñar que el “paradón” de Valle a chut dentro del área del
espigado Gerrit, que casi bate por bajo al bueno de David.
Corría el minuto 66 cuando Ocaña acosado por un rival, cae al
suelo y responde a una provocación del contrario con una agresión que le
ocasionó la roja directa y privaba al San Fernando del hombre con más calidad
para esta y varias jornadas.
Feo y negro panorama pintaba cuando la grada,
harta de la sibilina y chulesca enésima actuación arbitral que se perpetra en
el Iberoamericano, centró sus iras en el trencilla sevillano, un árbitro con
afán de protagonismo y que con cada gesto a cámara lenta que protagonizaba,
dejaba claro que no quería pasar desapercibido.
Pero ante una falta clarísima
en una escapada del recién incorporado Zafra por un inoperante Terán, la diosa
fortuna sonrió como otras veces no ha hecho y desvió un balón al fondo de las
mallas el ex azulino Jesule, haciendo subir el injusto uno a cero al luminoso.
Injusto porque vino antes el gol que el buen juego, y siendo sinceros, ni el
más optimista presagiaría que actuando con diez hombres el equipo fuese a
transformarse para bien por completo.
El caso es que el Palo, con todo a favor, con superioridad
numérica, aún tenía 15 minutos para intentar remontar el partido, pero no tuvo
apenas ocasiones ante un rival isleño, que espoleado por su fiel afición y con
la velocidad arriba de Zafra, fue consiguiendo frenar a los malagueños, incluso
saliendo bien a la contra, hasta que remató al rival asestándole el golpe
definitivo en el 93 con una galopada de Zafra que batía por bajo al meta
Pagola.
Fin del partido, ovación cerrada al equipo y pitos para el
mal colegiado sevillano. Tres puntos de oro. Ojalá vuelva Carlitos esta semana,
se le necesita sobremanera ante la baja de Ocaña.
Se ha demostrado de nuevo que echándole ganas y luchando
cada balón como se hizo el último tramo del partido, el objetivo de la permanencia
es posible. Y si se apuntala la plantilla con un refuerzo para el maltrecho
centro del campo, mejor que mejor.
Salvador Martinez
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