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domingo, 12 de enero de 2014

Continúa el sufrimiento

Una jornada más contemplamos lo que cuesta sumar puntos en esta categoría. El Algeciras ha sido un rival duro como se esperaba, y ha sacado a relucir los numerosos defectos de los que adolece el Club Deportivo. En los instantes iniciales, cuando se estaba desarrollando la habitual partida de ajedrez entre dos planteamientos tácticos, un error garrafal de Iván Guerrero cediendo un balón a su portero y que como él reconoció a finalizar el partido “escuché un damela” y resultó que era Ryan Harper, el pillo delantero lo aprovechaba y batía a placer a un Valle que nada pudo hacer.

Tardó unos minutos en recomponerse el San Fernando, que trató de seguir con su idea inicial de elaboración del juego desde la defensa, abrir el juego a los dos extremos, hoy más acertado Cristian que Ernesto, ... y la verdad es que dio sus frutos esa idea ya que Ocaña conectó una espectacular chilena que se coló casi en la escuadra de la portería algecireña desatando el delirio en las gradas.

Era justo el empate para lo que se había visto en el campo, del minuto 23 al final de la primera parte, no hay mucho más que contar en lo futbolístico, pero sí en lo “sanitario”, con la enésima lesión que sufre el San Fernando, esta vez personificada en un jugador primordial en el esquema del míster como es el isleño Germán, que pidió el cambio. Eso hizo que reapareciera Sambruno, al que notamos falto de ritmo y algo lento.


Y llegamos a la segunda mitad con una tónica parecida a la primera, más posesión del equipo local, más fútbol elaborado, balones a banda, incursiones de Terán con cierto peligro pero muy poca dinamita en los últimos metros con un inadvertido Carrión.
Así, llegamos a los últimos 12 minutos de partido donde Alfaro, el delantero algecirista recibe en profundidad tras un error de la zaga isleña y bate por la izquierda a Valle. Tras el gol, la lógica alegría de la parroquia algecireña quedó empañada por unos absurdos cánticos del sector más radical que demostraron poco saber estar en un estadio visitante. Con la policía nacional vigilando a este grupo ultra, no cesaban los insultos que desde aquí ni comprendemos ni encontramos lógica alguna a esa absurda rivalidad que nunca ha existido ni entre los dos clubes, y mucho menos entre las dos ciudades. En fin, es lo que tiene tener poca materia gris en el cerebro.

Masegosa ya había introducido a Gallardo y a Zafra (cumplieron ambos, sobre todo Zafra que promete bastante) así que las cartas estaban todas sobre la mesa, ya no había tiempo para elaborar juego sino para colgar balones. Aún daría algún susto el Algeciras, que pudo sentenciar en un par de ocasiones pero llegó la famosa “justicia poética”, y el jugador que había regalado un gol al rival, enmendó su error con un golazo en el último instante de la prolongación decretada por el colegiado. Las caras de los ultras algecireños pasaron de la algarabía a la desolación absoluta, aguantando ahora a la inversa, los cánticos de la grada isleña. El empate por ocasiones de gol, lo consideramos justo, por iniciativa de juego, quizás mereció el San Fernando algo más. 

Ya lo advertía el míster en la previa, toca sufrir todo el año, no parece que la cosa vaya a cambiar mucho de aquí al final.
                                                                                                                      Salvador Martinez

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